COLUMNA LA TRIBUNA: LOS DINOSAURIOS

¿Ha paseado usted por nuestra Plaza de Armas un domingo por la tarde? El domingo pasado nos encontrábamos con la grata sorpresa de contar con un conjunto musical animando esta lánguida tarde de otoño. Eso sí, no se trataba de cualquier música, sino de sones de alabanza, porque un animado conjunto evangélico celebraba la resurrección de Jesús. Pero más allá de esta agradable sorpresa, lo que más llama la atención –y ya lo habíamos dicho, pero no nos cansaremos de repetirlo- es lo sucia que luce nuestra plaza. Domingo por la tarde y botellas de plástico lucen en los “juegos” de agua, que más que eso parecen charcos de agua estancada y verdosa, triste representación de los siete ríos que rodean a esta comarca.
Lo repetiremos hasta el cansancio: nos falta un dueño de casa.
Pero, siguiendo con nuestro recorrido, esta semana decidimos trasladarnos a otro sector urbano: Laguna Esmeralda. Creada en 1922 por Alberto Urenda, la laguna se emplaza en lo que fue alguna vez una cantera, alimentada gracias al desvío del canal que atraviesa avenida Ricardo Vicuña y a las aguas del colector de esta ciudad. Es así que la Laguna se ha transformado a lo largo de su historia, en un verdadero centro de diversión y esparcimiento de generaciones de angelinos.
Mejorada en cuanto a su iluminación y pavimentación por las gestiones municipales posteriores, nos encontramos con que uno de los proyectos principales que ha ejecutado la actual administración edilicia se emplaza justamente en este lugar: nos referimos a los dinosaurios. Estos enormes animales transformados en toboganes de los niños son, sin lugar a dudas, el ícono de lo que fue la gestión municipal del actual alcalde.
Pero no pocos recordarán las promesas de campaña. En ese entonces se aseguró que el sector de la Laguna Esmeralda sería convertido en un verdadero parque urbano, generando una transformación a un área que se veía ya abandonada y que se había convertido además en foco de delincuencia.
Sin embargo, fuera de la instalación de estos toboganes –que no siempre lucen y huelen como debería una zona de juegos para niños- ¿qué más podemos esperar? ¿Eran estos columpios la solución para el área? ¿Éste era el gran parque recreacional que los angelinos debíamos esperar?
Las preguntas quedan en el aire, como en el aire quedó también el proyecto que pretendía articular toda la avenida Ricardo Vicuña generando un espacio de encuentro con la Laguna, con mayores áreas verdes y nueva ubicación para el Estadio Municipal. Nosotros habíamos propuesto una interconexión vial, prolongando avenida Los Ángeles y uniéndola con Ricardo Vicuña, generando un potente eje vial para nuestra ciudad.En la comunidad, las propuestas no faltan ni tampoco las ideas que van más allá de la mera instalación de columpios. No en vano los dinosaurios se extinguieron, dando paso a una existencia mejorada de los seres humanos. Y nosotros lo que queremos es una mejor calidad de vida para nuestra ciudad. Los dinosaurios son parte de nuestra historia remota y ojo, que cualquier día de éstos pueden desaparecer…