
Podríamos decir que la noche de año nuevo fue el presagio de lo que ocurriría este año en Los Ángeles. Para quienes no lo recuerden esa madrugada y en medio de las celebraciones con las que se dan inicio tradicionalmente a cada año, sentimos como un muy mal olor inundaba la ciudad. No fueron pocos los que llamaron a medios de comunicación, carabineros y a autoridades para intentar encontrar alguna explicación para el hedor. Digo que este hecho fue un presagio, porque lamentablemente ese “evento” volvería a repetirse en un sinnúmero de oportunidades durante este 2008. Con diversas variaciones, los malos olores han inundado nuestra ciudad haciéndonos sentir que algo malo está pasando con nosotros y nuestra calidad de vida.
(TEXTO COMPLETO LA TRIBUNA 08 ABRIL 08)